lunes, 28 de enero de 2013

Tu sueño

No sé qué hago aquí. Escuchar, oler, recordar, sentir, llorar,eso es lo que hago, torturar mi alma...

¿Recuerdas ese sueño que me contaste? El río... Su inconsciencia que acaba con todo, tu autosuficiencia que te impidió pedir ayuda sabiéndome tan cerca... Y tú miraste atrás, un segundo de rabia, un segundo para  mirar a los que lloraban, para encontrarme entre ellos, sin saber qué hacer, como ahora...

¿Crees que llega el final cuando te despiertas llorando? ¿O puede ser la oportunidad que esperabas para cambiar el rumbo?

Y mientras tú me contabas tu sueño, mis lágrimas, las tuyas,... ¿no lloramos lo suficiente?

No sé qué hago aquí, hace tiempo que tú miraste atrás y me viste llorar con tus ojos de alguien muerto en vida...

Supongo que este río que recoge mis lágrimas, que abraza mi cuerpo cansado, acabará con otro sueño... el mío.



Interpreta ahora tu sueño y vive...

lunes, 21 de enero de 2013

Lecciones te da la vida.







De vez en cuando, sobretodo en los cambios importantes que se suceden, suelo recapitular, hacer balance y extraer lo aprendido, me ayuda a sobrellevar estos cambios y a sacar lo positivo hasta de lo más negativo, ya que si algo he sacado en claro en estos casi treinta siete años es que de lo bueno y de lo malo se aprende y si no aprendes, se volverá a repetir la lección hasta que lo hagas.

Puesto que ahora me encuentro en pleno proceso de cambio, aún no he tenido tiempo de hacer un balance exhaustivo de lo aprendido, pero puedo ir adelantando las más importante.

Aquí es donde ya decidís vosotros si continuar leyendo, cada cual tiene derecho a aprender a su ritmo y por experiencia propia. Si seguís leyendo, es porque aceptáis que todos al final sacaremos las mismas conclusiones.

Lección primera: La Felicidad existe.

Y es en serio, la he sentido en propias carnes, he podido alcanzar mi lugar en ese cielo que parecía vetado desde que nací.

Diréis que la felicidad se puede encontrar en cualquier cosa y os tendría que responder que sí, pero no.
Las sonrisas me hacen feliz, que pongan en la tele la peli que me gusta me hace feliz, la naturaleza en sí también, pero hablo de la felicidad que se tiene al sentirse completo y con ilusiones.

Pero, Mon, todo el mundo tiene ilusiones, ¿verdad? Pues no. Cuando todos tus sueños se van rompiendo poco a poco desde que tienes uso de razón, dejas de ilusionarte y desear, ¿para qué si mañana ya será otro sueño imposible? Cuando creces así, al llegar a la edad adulta te has convertido en un ser casi vacío de esperanza y positividad. Lo único que esperas ya es que al día siguiente salga de nuevo el Sol, y ni de eso estás ya muy convencido.

Así que encontrar que en tu vida puede haber lugar para nuevas ilusiones, te convierte en un ser feliz, muy feliz.

Lección segunda: Sé amar.

Y es una lección muy importante, porque aunque parezca mentira, mucha gente no entiende el verdadero significado de amar y dar amor y así pasa.

Para haceros un brevísimo resumen por si os sirviera de algo, aunque las lecciones es mejor experimentarlas uno mismo, amar consiste en entregar todo lo que somos sin esperar nada a cambio, simplemente por el goce de darnos.

No equivoquemos amar con sexo, no tiene nada que ver, ejemplo, el amor de madre. Bien, ya os tengo encauzados en el verdadero sentido de la palabra.

Aunque yo no he tenido el gusto de dar ese amor de madre, sí he podido amar en todo el significado de su acepción hasta llegar a amar lo que yo menos podía soportar con el fin de hacer feliz a otra persona, que me ha salido el tiro por la culata, pero esa es otra historia que no viene a cuento.

El hecho de amar de verdad me abrió todo un mundo de magia, llamésmolo así, ya que me veía capaz de cambiar la vida de las personas sólo amando, de sentir más allá de mí misma, de alcanzar un mundo de energía que se encuentra tan cerca de todos nosotros porque formamos parte de él, de ese amor, aunque quizá deje este mundo de amor para otro momento para no haceros más lío.

Lo que debe quedar claro es que amé hasta formar parte de ese amor sin importar si yo era amada o no, mi recompensa fue ese amor dado.

Lección tercera: Sé confíar.

Desde siempre me ha faltado confianza, en las personas, en los sentimientos, en mí misma... Era difícil confíar cuando todo se desmoronaba, cuando más segura creías estar. Para evitar sentir la decepción, que parece que no, pero duele y mucho, dejé de confíar, así si volvían a fallar las cosas, simplemente decía "Típico".

Ya, es una posición muy cómoda, pero ¿qué queréis? He sufrido lo suficiente en esta vida como para no querer sumarle más dolor a mi existencia.

Sin embargo, eso ha cambiado, el amor, el mío, me ha hecho confíar en alguien hasta el punto de la confianza ciega, ¿hay alguna otra forma? Y eso me ha llevado a confíar en mí misma.

Evidentemente no se puede confiar en cualquiera, hay gente muy mala, pero si observas y preguntas puedes acabar aprendiendo en quien sí se puede y en quien no se puede confiar.
Abandonarse en las manos de alguien diferente a ti, es una sensación que al principio da miedo, de ahí que insista en que es muy importante encontrar a la persona adecuada que despierte esa confianza.

Por supuesto, es muy fácil romper la confianza, pero debemos asumir esos riesgos, nadie sabe lo que va a ocurrir, qué circunstancias pueden llevar a las personas a cambiar su forma de actuar, qué puede hacer que uno mismo ya no vea los atributos que le hicieron sentirse tan especial.
Lo importante es que siempre encontraremos alguna razón para confíar y con ello puede que encontremos nuevas ilusiones y felicidad, por intentarlo que no quede, ¿verdad?

Lección cuarta: Nada es seguro.

Esta podríamos clasificarla como una de las lecciones que la vida te da sobre un acontecimiento negativo, en concreto, cuando algo que no querías que se acabara, se acaba.
Realmente no es una lección negativa ya que nos enseña a apreciar el momento y a sacarle el jugo mientras podemos.

Yo esta lección la tenía muy aprendida, nunca he vivido en el futuro (como supongo que nadie hace), pero al confíar, al tener ilusiones, al amar y ser feliz, se puede perder la perspectiva si te descuidas, la vida por muy bella que sea sigue siendo corta.

La falta de costumbre a sentirme así es la que hizo que olvidara mi lado hedonista y humano y dejara muchas cosas para después ya que había tiempo, y ¡no, señoras y señores!, puede que después ese tiempo se haya acabado y al dolor cuando algo importante acaba, le tienes que sumar el dolor de las cosas que no hiciste o dijiste.

Así que si sentís, deseáis, intuís que debéis decir o hacer algo, adelante, siempre y cuando no coarte la libertad de los demás, claro. Preguntad, eso siempre ayuda a saber si hay problema en seguir adelante con tus deseos.

Lección quinta: Asumir la humanidad.

Parece que no, pero a veces olvidamos que todos somos seres humanos. Podemos sentir que tenemos algo de divino, algo mágico y no estaríamos equivocados (algún día me extenderé en este asunto), pero indefectiblemente todos y cada uno de nosotros nos podemos equivocar, podemos acertar, dar o quitar lo mejor de nosotros, cambiar incluso, porque somos humanos.

"Ya sabemos que somos humanos". Y si lo sabemos, ¿por qué nos torturamos por los errores propios y ajenos? ¿No sería mejor camino perdonarnos y perdonar? Todos sabemos que eso no arregla el estropicio, pero ayuda a dar un paso adelante y te puede dejar lugar en la cabeza y el corazón para encontrar soluciones.

Esto no quiere decir que al perdonarnos o perdonar a los demás todo quede como si no hubiera pasado nada, claro. Si arrugas un papel varias veces y después lo desdoblas, ya no volverá a ser el mismo y ya no te servirá posiblemente para el propósito que tenías pensado, pero puedes buscarle otra utilidad.

Con las personas pasa algo parecido, sin utilizarlas, por supuesto, alguien te ha podido estar haciendo la vida imposible durante años porque esperabas algo que esa persona nunca ha querido dar o te trataba de la forma que no merecías, pero a cambio puede ser que tuviera otra cosa que ofrecer que ni te planteabas, así que tú puedes perdonar ese tiempo perdido y ese daño y aceptar lo que la otra persona es y lo que da, pero no olvides que el papel sigue arrugado, nunca podrá ser lo que deseaste.

Resumiendo, somos humanos, unos con más aires de grandeza, otros con poca autoestima, y en general, imperfectos. Asumámoslo.


Supongo que podría exponeros más lecciones de las aprendidas en estos seis meses, pero algunas aún están en pleno proceso de maduración. Quedaos con la idea de que se puede ser feliz y tener ilusiones, que amar es lo más sencillo de este mundo, porque el amor forma parte de nosotros, que la confianza, pese a ser un asunto más peliagudo, es posible si encuentras a las personas adecuadas, aunque sin olvidar que esas personas también son seres humanos y tienen derecho a fallar y que si al final perdemos, debemos haber vivido todo ese tiempo de forma plena.



Muchas gracias a todos mis maestros y sobretodo gracias de corazón a ti por formar parte de mi felicidad.