sábado, 31 de marzo de 2012

.....




Suspiros que ruedan por unos labios entreabiertos,
palabras que ahogadas se quedan en un susurro,
una caricia de aire que dice sin hablar
lo que siente,  lo que espera...
Labios que guardan besos no dados,
caricias de carne que hablan sin decir
lo que anhelan, lo que sienten,...


Nota: A veces sólo siento, aunque no sepa porqué, quizás se quedaron en estos años muchas cosas que decir...

miércoles, 28 de marzo de 2012

Extraña soledad...

Es tan raro ver como vuelves cada tarde, dejas tu libro en la mesa pegada al ventanal, recoges tu café, que te empiezan a preparar según apareces por la puerta porque después de tantos meses no has variado nada tu rutina y te vuelves a sentar sin abrir el libro, sin mirar el ventanal, sin tomar el café,...
Es tan raro ver tu cabeza inclinada sobre un móvil que no suena, esperando mi llamada que nunca llegará,...

martes, 27 de marzo de 2012

Lluvia salada

Hoy pongámonos reflexivos, me gusta esa palabra, "reflexivo", de reflejarse, de mirar hacia uno mismo. Miremos hacia dentro y saquemos afuera lo que vemos, o no lo saquemos, pero hagamos que esa mirada se convierta en algo consciente.

Hoy podríamos decir, y sin temor a equivocarnos, que el día que acaba ha tenido grandes cargas de tristeza, nostalgia, morriña, abatimiento,..., señálese o inclúyase la más oportuna. Podría decirse, y seguro que lo hacemos, que no ha sido un día tan malo. Has abierto los ojos y has visto el sol y todas las maravillas que se extienden bajo él... Perfecto. La vida es maravillosa y , sin embargo, lloramos.

Cierto es que las lágrimas de los días como hoy pueden parecer tontas, lágrimas sin sentido que simplemente manan por no quedarse dentro (a ver si aprendo a insertar recuadros a modo test para que marquéis la respuesta que creais conveniente, seguramente de esta afirmación sacaría muchos "Cierto"); pero de esas lágrimas tan en principio inútiles surgen decisiones, a veces correctas, otras equivocadas.

Esas lágrimas son como las tormentas de verano, llegan de repente con gran profusión de aparato eléctrico ,coloquialmente mala leche o humor pésimo; descargan rápido y de forma abundante, la llorera imparable, y al irse dejan en las ventanas huellas de agua y barro, recuerdo de tierras lejanas, los recuerdos que afloran y que nos vuelven a marcar.

lunes, 26 de marzo de 2012

La historia que quería vivir

No recordaba lo duro que es empezar un blog. Pero allá vamos. Lo primero de todo es buscar siempre un tema. Yo lo tengo, cojo una foto que haya hecho y que de repente me diga algo. Algo real, algo soñado, da igual, ¿quién dicta qué es real y qué no?
Esa historia que se desprende de la  imagen la escribo, la leo, la ordeno (nunca sale bien a la primera ni a la segunda), la guardo aparte (demasiado perfeccionista) y vuelvo a empezar.
Otras veces es más fácil, sueño (despierta o dormida) con algo que quiero decir y escojo la foto o la hago y empiezo a liberar la tensión de la historia que quería vivir. Así que hoy la llamaremos así: "La Historia que quería vivir".
Como todas mis historias esta empieza con una imagen. La de hoy es un ser asustado por señales, por mensajes que no comprende, pero que pueblan su mundo, sus sueños e incluso su baño. Señales que llenan de ruido sus silencios, señales que inundan de imágenes su oscuridad.




Este ser asustado e incapaz de acudir a nadie por temor a que la encierren, ya que ni ella misma confía en su lucidez, decide enviar un mensaje propio pidiendo ayuda y colgarlo en todas las farolas de la ciudad:

“Tengo un mensaje que empieza con un Hola seguido de tu nombre. Recógelo antes de que la Luna se esconda.”

Este mensaje, en apariencia absurdo, llegará a su destinatario y ella lo sabe porque día y noche las señales le muestran ese destino, ella misma empezó “La Historia que quería vivir” para que tú la encontraras en estas páginas, para que te vieras reflejado en sus líneas…

Hola, ...

domingo, 25 de marzo de 2012

Lágrimas del alma...

... Y un nuevo comienzo para secarlas.
Había abandonado por completo este pañuelo que me contaba historias a medida que se iban vertiendo de mis lágrimas, de ese grito ahogado por el pundonor de molestar a los vecinos.
La música de nuevo me ayuda a remover las palabras como si de un vendaval moviendo hojas se tratara, las levanta de su lecho de piedra, las hace volar y las suelta poniendo en orden sentimientos, ideas...
Hoy comienzo de nuevo a abrir el alma, a liberar mis sueños, mi realidad, hoy comienzo por presentarme:
¡Hola! Soy Lunazul, pero me podéis llamar Luna. Sed bienvenidos...