Sordos gritos de locura crecen en mi pecho y luchan por escapar,
se arrastran y desgarran la carne por dentro.
Siento que extienden sus dedos trepando en mi cuello,
que se tensa, se estira para dejar escapar como un cañón de luz
la desesperación de las noches vacías,
la sinrazón de esas horas absurdas buscando a alguien que no soy yo...
Loca...sola...perdida...