lunes, 30 de abril de 2012

Mi rosa, mi estrella fugaz.

"Es el tiempo que he perdido en mi rosa lo que hace a mi rosa tan importante" (El Principito de Antoine de Saint-Exupéry).



Cuando era niña, nunca tuve tiempo de domesticar a mi rosa, nunca estuve el suficiente tiempo en un lugar y acabé perdiendo las ganas de encontrar una rosa que pudiera llamar mía. Así que mis rosas fueron estrellas fugaces a las que aprendí a amar en poco tiempo, pero que se alejaban con la misma velocidad, posándose, como el polvo que se acumula en las casas antiguas, en el fondo de mi memoria.

Crecí y dejé de vagar y me encontré con que no sabía enfrentarme a las rosas de este jardín, pese a que para mí no eran todas iguales, no encontraba a la que pudiera llamar mía. Así que me senté a esperar, mirándolas a todas, aprendiendo de todas, dejando que poco a poco ellas decidieran fijarse en mí. Si tú fueras una rosa, ¿no te fijarías en unos grandes y silenciosos ojos que observaran y escucharan lo que dices con atención?

No todas las rosas se acercan, y de las que se acercan, no todas se quedan. Se podría pensar que fui yo las que las domesticó al estar siempre observándolas, pero realmente fueron ellas las que me domesticaron a mí, fueron ellas las que poco se acercaron y empezaron a sacarme de mi mutismo, las que a tirones a veces y otras de forma fluida consiguieron que mi historia llenara sus días, su imaginación. Esas rosas fueron las que domesticaron mi solitario corazón.

Ahora sé más de rosas y de estrellas fugaces. Unas y otras te ofrecen su belleza, su aroma, su silencio, pasan por tu vida dejando que su luz te bañe. Unas y otras acabarán marchitándose, siguiendo su rumbo, dejándote un poco más triste, pero siempre te dejarán más llena de amor, de vida, de recuerdos...


4 comentarios:

  1. A la espera de nuevas rosas que adornen este jardín...

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  2. La vida que realmente se marchita es la que no se vive, lo vivido siempre nos pertenecerá aunque ya no lo tengamos. Besos.

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  3. "Ahora sé más de rosas y de estrellas fugaces..." Ahora sabes más de esos pedacitos de tiempo que llamamos instantes que son las verdaderas rosas que florecen en nuestro jardín. Algunos tienen nombre propio, otros no; unos dejan una sonrisa en los labios, otros sólo lágrimas; unos permanecen, otros simplemente pasaron. Pero son ellos, los instantes, los que dibujan la silueta de eso que llamamos nuestra vida para que después nosotros la pintemos de colores.

    Tú has coloreados tus letras del hermoso color de las rosas y de la cálida luz de las estrellas. Besos.

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  4. Ando buscando una rosa, voy detrás de mi destino, y ojalá nunca la encuentre, porque cuando lo haga, se acabará el deseo de encontrarla... Y se acabará el camino.

    Precioso Blog Lunita.

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